El Hospital Gral. Freyre de Andrade, donde feneció el “Bárbaro del ritmo”.

 El Hospital Gral. Freyre de Andrade, donde feneció el “Bárbaro del ritmo”.

Marcos Antonio Tamames Henderson 


Por estos días, exactamente el 19 de febrero, estará Cuba recordando la desaparición física de Benny Moré, cubano que ocupa uno de los más altos peldaños dentro del patrimonio musical cubano. Por tal motivo, vuelven la mirada los cubanos hacia aquellos bienes muebles e inmuebles que, por estar vinculados a su vida y obra, enriquecen sus valores. Entre los bienes en que está presente El Benny en Centro Habana, se encuentra el Hospital Municipal General Freyre de Andrade, pues en él murió, el 19 de febrero de 1963, Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez. 

Aunque popularmente se conoce este centro asistencial con el nombre Hospital de Trauma o Emergencia, basta reparar en la inscripción de su fachada para ubicarlo en el contexto histórico cultural en que tuvo su origen. A uno y otro extremo del pretil de su fachada principal, en números romanos, aparecen los años de inicio y finalización de la construcción: 1911-1916, en el centro, el nombre y grado militar de la figura política que tuvo a su cargo la gestión para su fábrica: General Freyre de Andrade; en el friso, el carácter de la institución: Hospital Municipal. Así, se ha entender que este edificio es obra del Dr. Fernando Freyre de Andrade y Velázquez, quien había sido elegido Alcalde de La Habana por el Partido Nacional Conservador en 1912, puesto del cual se retiró en 1916 por aspiraciones presidenciales. Urbanísticamente ocupa una manzana limitada por las calles Hospital, Jesús Peregrino, Espada y Carlos III, a la que hace frente para cualificar la imagen del hermoso Paseo iniciado por Tacón en la década del 30 del siglo XIX.  



¿Por qué nombrar a esta institución General Freyre de Andrade? Desde el periodo colonial era costumbre honrar a las figuras representativas de la cultura, la política, la religión o líderes comunitarios en la toponimia urbana y, en particular, en el caso de las obras construidas, dejar en ellas el nombre del comitente y, en menor por ciento, el del constructor o autor de la obra, tradición que el periodo republicano llevaría a su máxima expresión con la rescritura de las calles y plazas de La Habana para recordar, primero, a los protagonistas de las Guerras de Independencia, luego a figuras que, con su gestión, contribuían al mejoramiento cultural, social, educativo, … y urbano. Ambas, obra y legitimidad mediante inscripción en la misma, resultaban eficaz reconocimiento y divulgación. 

Precisamente a ello se opone el Dr. Fernando Freyre de Andrade, en acuerdo del ayuntamiento habanero del 21 de febrero de 1913 indicando “la conveniencia de que los nombres de patriotas y personalidades nacionales se diesen a calles nuevas, para así lograr que el homenaje que a aquéllas se quería ofrendar tuviese en la práctica efectiva realidad” al tiempo que se oponía a que, aun tratándose de calles nuevas, éstas recibiesen el nombre de políticos militantes, de personas vivas, por considerarlo obra efímera, inconsulta y poco recomendable”.

Paradójicamente, siguiendo la tradición, el inmueble al que hace referencia este artículo, el hospital en el que murió el Benny el 19 de  febrero de 1963, es bautizado con el nombre de su comitente, y no conforme con ello los miembros del Ayuntamiento de La Habana acuerdan el 27 de abril de 1921, colocar a una de las calles laterales al edificio, llamada Hospital, el nombre Freyre de Andrade, decisión que anularía el Decreto-Ley regulando la denominación de las calles de La Habana y restituyendo sus nombres antiguos, publicado en la Gaceta Oficial el viernes 17 de enero de 1936. 

Cambiar el nombre de la calle es solo cuestión de cambiar las placas colocadas en los inmuebles que hacen esquinas en ella; eliminar de la fachada de los edificios las inscripciones que en bajo relieve diseña el arquitecto o constructor, ofrece mayor dificultad. Ha heredado Centro Habana en este edificio, la huella tangible del obrar de Fernando Freyre de Andrade y Velázquez. 

Aunque muy breve merece mención reconocer en este edificio uno de los exponentes del arquitecto e ingeniero civil Evelio Govantes Fuertes, y lo merece aquí por su doble condición, la de creador y la de interventor de edificios históricos; El Capitolio (a partir de 1925) y el palacio de los Capitanes Generales (en 1930), son solo dos ejemplos de ello. A Govantes debemos el proyecto del Hospital Freyre de Andrade, elegante y majestuoso en su ecléctico lenguaje con miras a los cánones clásicos.  

La Oficina de Monumentos y Sitios del Municipio Centro Habana tiene inscrito este inmueble desde 1982 con la siguiente dirección: Salvador Allende no. 858 e/ Hospital y Espada, al que por sus valores arquitectónico, histórico y ambiental, se le ha otorgado grado de protección 2. El hecho de que en él expirara físicamente el “Bárbaro del ritmo”, le otorga un valor histórico documental que tributa al ámbito del patrimonio musical cubano.   


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