Las huellas de un secuestro en La Habana

Las huellas de un secuestro en La Habana.

Marcos Antonio Tamames Henderson


Dentro del patrimonio cultural un lugar significativo lo ocupa la tipología de las construcciones conmemorativas: “aquellas cuya función primaria haya sido la de rememorar una personalidad o un hecho histórico de relevancia nacional o local […] tales como: estatuas, mausoleos, tarjas, obeliscos, fuentes, lápidas, bustos, esculturas, arcos triunfales y otros”. Este martes 23 de febrero, se cumplen 33 años de haber sido develada una tarja a la entrada de la recepción o lobby del Hotel Lincoln, en Centro Habana, con el objetivo de recordar el 30 aniversario del secuestro del argentino Juan Manuel Fangio. Se trata pues, de una obra que no solo otorga legitimad al valor histórico del edificio, sino también su existir como sitio histórico: 


HOTEL LINCOLN // En la noche del 23-2-1958 en este mismo lugar fue secuestrado por un comando del Movimiento 26 de Julio, dirigido por Oscar Lucero, el cinco veces campeón mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio. // Ello significó un efectivo golpe propagandístico contra la tiranía batistiana y un importante estímulo para las fuerzas revolucionaria. // 23-2-1988.


El Lincoln


¿Cuál es el origen del Hotel Lincoln? ¿Dónde está situado? El texto Centro Habana. Un futuro sustentable (2009) refiere que su construcción data de 1925 bajo el nombre Hotel Richardson, y que su construcción estuvo a cargo de la firma Moenck y Quintana. El arquitecto Roberto Segre, profesor e historiador del urbanismo y la arquitectura, lo ubica entre los exponentes del período de máximo esplendor de la arquitectura ecléctica, donde tras destacar el paradigmático Hotel Nacional, ubica al Lincoln junto a los hoteles Bristol y Presidente. En el contexto centrohabanero, el Hotel Lincoln es un testimonio del carácter comercial de la calle Galiano.  



Documentalmente su ubicación como bien patrimonial se sumerge en un laberinto que parece no tener fin. La planilla de inventario realizada por Lina Elsa Grisantti, especialista del Museo Municipal de Centro Habana, lo reporta el 11 de mayo de 1983 en Virtudes no. 306, entre Galiano y San Nicolás, dirección a la que el Arq. Vladimir Calderón Frías en actualización realizada el 25 de mayo de 1998 agrega: “antes estaba por Galiano no. 164 e/ Virtudes y Ánimas”. El texto: Centro Habana. Un futuro sustentable, de 2009, por su parte, declara que El Lincoln, antiguo Hotel Richardson, se localiza en la calle Galiano no. 157, esquina a Virtudes, mientras EcuRed, en su versión Kiwix, del 1ro de septiembre de 2016, indica a “centros educacionales, organismos o personas que no disponen o tienen escasa conectividad” que se ubica en la “Calle Virtudes no. 164 esq. a Galiano. Centro Habana”. 



Ninguna de las tres versiones 1) Virtudes no. 306, entre Galiano y San Nicolás, 2) Galiano no. 157, esquina a Virtudes y 3) Virtudes no. 164 esq. a Galiano, es correcta, como sí resulta la antigua referencia a la que alude Calderón Frías en 1998: Galiano no. 164 e/ Virtudes y Ánimas; y aun así, también ésta resulta inexacta, pues si se tiene en cuenta que la numeración de los inmuebles crece en dirección Malecón-Reina, entonces las entrecalles no sería Virtudes y Ánimas; sino Ánimas y Virtudes. Tanto desde el punto de vista legal como patrimonial, no resulta válido aquí la frase: “el orden de los factores no altera el producto”. Un elemento sobre el cual comprender tal confusión podría ser el uso de todo el frente del edificio como restaurant del hotel y, en consecuencia, la ubicación de la carpeta o recepción por Virtudes no. 157 e/ Galiano y San Nicolás, entrada que se jerarquizó con la construcción de una volada marquesina. 

Los cimientos de la dirección correcta en que se encuentra el Hotel Lincoln pueden encontrarse en el Directorio de Cuba. 1927, obra que atesora la Biblioteca Nacional José Martí. En ella, en la página 376, consta que Galiano, entonces nombrada Avenida de Italia, se extiende desde la Avenida de Antonio Maceo (Malecón) hasta la Ave. Simón Bolívar (Reina), dirección en que, tras cruzar la calle Gral. Aguirre (Ánimas) comienza una cuadra que culmina en la nombrada Mayor Gorgas (Virtudes), a la que da cierre el  inmueble no. 28, propiedad de J. A. Richardson, en el que tiene su sede, desde entonces, el Hotel Lincoln. Nombre del propietario, Richardson, y del hotel, Lincoln, operan en circuitos diferentes: en el de los comerciantes y el de los establecimientos, respectivamente.

Un acontecimiento histórico

Los valores patrimoniales de los inmuebles integrados a la red hotelera suelen ser apreciados a partir de las célebres personalidades que en los diferentes ámbitos de la cultura y en el decursar del tiempo se han hospedados en ello. En el caso del Lincoln existen referencias de que entre 1936 y 1939 fueron alojados en este edificio los cubanos que participaron en la guerra civil española; sin embargo, el hecho histórico más conocido fue el “secuestro en Cuba del cinco veces campeón de automovilismo Juan Manuel Fangio, el más famoso corredor de automóviles de todas las épocas”, como indicara el periodista Arnold Rodríguez en el artículo “¿Cómo y por qué secuestramos a Fangio?”, publicado en Juventud Rebelde en ocasión de cumplirse el aniversario 30 del hecho en 1988.




La “Operación Fangio”, llevada  a cabo el 23 de febrero de 1958, fue organizada teniendo en cuenta los resultados propagandísticos de Batista con la celebración del Primer Gran Premio de Cuba en carreras automovilísticas, en el marco del 24 de febrero de 1957, donde Juan Manuel Fangio “conquistó las simpatías populares” y constituyó una acción que mostró al mundo la opresión de la dictadura batistiana, particularmente en La Habana. En 1988, recuerda uno de sus protagonistas:

Lo concebimos para demostrar que la fortaleza de la Revolución también estaba presente en las ciudades, incluyendo la difícil Habana; para que se pudiera ver más claramente la debilidad de la tiranía y el rigor de la voluntad popular, pero sobre todo, el objetivo era aprovechar la personalidad mundialmente conocida de Fangio y levantar aún más al pueblo cubano en favor de la Revolución, reafirmando en sus posibilidades y hacer que la opinión pública internacional se detuviera en el conocimiento del proceso cubano.       

Como precisa la tarja colocada en el Hotel Lincoln fue esta una de las acciones del Movimiento 26 de Julio en La Habana que estremeció a la población capitalina y a la nación entera, hasta llegar a convertirse e noticia de primera plana en los principales periódicos del mundo y en las más afamadas revistas, el escenario del hecho fue este inmueble, el Hotel Lincoln de Centro Habana. 

Proyección patrimonial.



A 63 años de la “Operación Fangio”, el Lincoln se enfrasca en la reconstrucción estilística de la habitación 801, “Habitación museo” a la que se aproximan turistas nacionales y extranjeros en aras de dialogar con el testimonio de la visita de Juan Manuel Fangio a La Habana en 1958. Distinguen al Lincoln en el ámbito del patrimonio sus valores urbanos, arquitectónicos, históricos y ambientales.  


Fuentes:

Rodríguez, Arnold: “¿Cómo y por qué secuestramos a Fangio?”, Juventud Rebelde, La Habana, 23 de febrero de 1988, en Museo Municipal de Centro Habana, Expediente Hotel Lincoln.

Rey, Gina (Comp.): Centro Habana. Un futuro sustentable, La Habana, 2009.

Directorio de Cuba. 1927, en Biblioteca Nacional José Martí.


Imágenes: 

1.- Hotel Lincoln en 1988.

2.- Tarja colocada en Hotel Lincoln el 23 de febrero de 1988.

3.- Galiano no. 164. Entrada principal del Hotel Lincoln.

4.- Virtudes no. 157. Marquesina que da jerarquía a la entrada del Hotel.

5.- Lumínico que indica la entrada a la carpeta o lobby.

6.- Croquis de la Operación Fangio.

7.- Hotel Lincoln en la actualidad.


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