El Parque Fe del Valle en la aurora de su patrimonialización

El Parque Fe del Valle en la aurora de su patrimonialización

Marcos Antonio Tamames Henderson



Dos efemérides en el universo del patrimonio cultural han devenido en jornada en Cuba. La primera de ellas es el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, que se celebra el 18 de abril; la segunda, el Día Internacional de los Museos, el 18 de mayo. Así, no son pocas las instituciones que anuncian entre esos días un conjunto de acciones cuyo objetivo central está en el reconocimiento y defensa de los bienes culturales que atesora la nación, ya sea por la relevancia que estos poseen en relación con la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, la educación, el arte, la ciencia y la cultura en general, o por constituir piezas excepcionales dada su significación cultural, histórico o social, en relación con el territorio, tal es el caso de los Monumentos Nacionales y Locales. 

En esta “jornada” la Oficina de Monumentos y Sitios del Municipio Centro Habana quiere divulgar los valores que atesoran algunos de los bienes del municipio, pero no solo desde el ámbito cotidiano, que sin dudas es el más importante; sino también como espacio para compartir algunos de los retos enfrentados por sus técnicos y especialistas del patrimonio cultural en una especie de diálogo entre la profesión y los máximos responsables del cuidado y conservación del patrimonio cultural en cualquier país del mundo: los moradores del lugar. 

Para dar inicio a este proyecto hemos elegido el Parque Fe del Valle, que ocupa el área norte de la manzana delimitada por las calles Águila, San Miguel, Galiano y San Rafael, el espacio libre generado por el sabotaje ocasionado por el imperialismo yanqui el 13 de abril de 1961 a la tienda El Encanto. ¿Cuándo fue inscrito este exponente del patrimonio centrohabanero? ¿En cuál de las tipologías? ¿Construcción civil o construcción conmemorativa? ¿Cuáles son sus valores patrimoniales?

Recuérdese, en primer lugar, que la metodología para inscripción de monumentos y sitios en el inventario establece como tipología, además de los paisajes culturales, los centros históricos y los conjuntos urbanos, a los sitios y las construcciones. Precisemos también que en este caso lo que se ha de inscribir es el parque, una obra construida, en cuya clasificación se incluyen las construcciones conmemorativas, las civiles, las domésticas, las religiosas, las militares y las industriales. Solo dos de las cinco nombradas pueden corresponder al Parque Fe del Valle. ¿Civil o conmemorativa? De sus definiciones precisa el artículo no. 5 del Reglamento para la ejecución de la Ley de Lo Monumentos Nacionales y Locales  (Decreto no. 55), firmado por el  del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros el 18 de diciembre de 1976:

Civiles: aquellas cuya función original haya sido de carácter colectivo o público, tales como edificios de gobierno, cementerios, teatros, sociedades, oficinas, comercios, hospitales, escuelas, paseos, alamedas, parques, plazas, liceos y otras.

Conmemorativas: aquellas cuya función primaria haya sido la de memorar una personalidad o un hecho histórico de relevancia nacional o local y las que hayan tenido un fin básicamente ornamental o de otorgar determinada significación al área donde se encuentran, tales como: estatuas, mausoleos, tarjas, obeliscos, fuentes, lápidas, bustos, esculturas, arcos triunfales y otros.

Bajo la primera impresión, prácticamente a vuelo de pájaro, incluiríamos el Parque Fe del Valle, por ser un parque, dentro de las construcciones civiles. Sin embargo, las investigaciones realizadas sobre este bien patrimonial no solo coloca en dudas dicha clasificación, sino que revela que en ella pueden coexistir tipologías vinculadas a una naturaleza muy distante de la construida, muestra de dos principios inherentes al patrimonio cultural: primero, la elevada complejidad que acompaña su legitimidad, tanto por la dinámica relación entre teoría y praxis patrimonial, como por el papel del uso y función del patrimonio urbano en la producción y reproducción de su significado en el decursar del tiempo; segundo, por los cambios de paradigmas, nacionales e internacionales, que acompañan la valorización del patrimonio, tanto en su expresión cultural como en la identitaria. No es posible la clasificación tipológica de monumentos y sitios, sin una investigación que avale su origen e historia. 

Precisamente dada la importancia que el patrimonio concede al pasado, el mencionado Decreto no. 55 enuncia: “Para su determinación no se tomará en cuenta el uso que tenga en la actualidad, sino su función original”, términos que también pueden quedar sujetos a interrogantes si no tiene claro el registrador del bien que lo que se está inscribiendo en el inventario no es el espacio urbano, es decir, la parcela, sino el parque como obra construida. ¿Resulta eso obvio? 

La primera inscripción del Parque Fe del Valle en el proceso de patrimonialización tuvo lugar el 25 de enero de 1985, cuando especialistas del Museo Histórico Municipal de Centro Habana llenaron el Modelo no. 1 del Inventario Nacional de Construcciones y Sitios. Un análisis general de su contenido indica que no se ha tenido claro qué obra se ha de inventariar. ¿Se trata de la tienda de establecimiento comercial “El Encanto” o del parque erigido en el espacio originado por el acto terrorista del 13 de abril de 1961?

La búsqueda de la función original según establece en el artículo no. 5 del Decreto no. 55, conllevó a considerar el edificio sede del Encanto, que responde a la tipología de Construcciones Civiles como uso original del parque, error que explica el desafío enfrentado por técnicos y especialistas de los nacientes museos municipales a partir de la Ley no. 23: “Ley de los Museos Municipales”, del 18 de mayo de 1979. De hecho, en el campo Denominación se designa como Nombre original del bien: Tienda “El Encanto” y en el de Nombre actual: Parque Fe del Valle. Conceptualmente no se trata de un cambio de uso o función de la construcción, sino que, aunque relacionadas históricamente, sus nombres refieren obras completamente distintas en origen y función.

La confusión repercute en el resto de los campos. En el no. 3, relacionado con la tipología, se desestima marcar las clasificaciones: Plaza y parque, e incluso el de elementos como Estatua o Tarja, a pesar de que el parque contiene piezas de esta naturaleza, y en su lugar se opta por la indicada en Otra, precisando la información con el término “Tienda”. En consecuencia en el campo no. 4, Uso Actual, reza: Parque.  ¿Cuál de ellos tener en cuenta para los campos referidos a la Época (el no. 5), Estado [de conservación] (6) y Valor (6)? Temporalmente se le registra en el siglo XX, recibe la clasificación de Bueno y entre sus valores, se señalan el Histórico y el Ambiental, desestimando los dos restantes: Arquitectónico y Artístico.   

La información del campo no. 8, Relevancia Histórica, conlleva a nuevas reflexiones teóricas metodológicas. Por un lado, en el descriptor Personalidad: se señala Fe del Valle; mientras en Acontecimiento: Sabotaje al Encanto. ¿El hecho de haber sido el espacio urbano de que se trata el escenario de “un acontecimiento relevante de la historia nacional” no lo define como un sitio histórico?  Apunta el Artículo no. 6 del Decreto no. 55. 

Los Sitios comprenden todos los espacios, lugares o áreas bien sean rurales o urbanos, donde se haya desarrollado un significativo hecho o proceso de carácter histórico, científico, etnográfico o legendario, o que posean características de homogeneidad arquitectónica o una singular morfología del trazado urbano y aquellos donde la naturaleza presenta aspectos que justifiquen el ser conservados. Los Sitios pueden ser naturales, arqueológicos, urbanos e históricos.  

Tratándose de un parque desatiende el especialista el campo no. 9, Altura, entendido solo para el caso de obras netamente arquitectónicas al tener dos descriptores: Número de plantas y Altura total aproximada, hecho que conlleva a ignorar los desniveles que distinguen el diseño del espacio. En el caso del 10, Accesibilidad, se declara Accesible y en el 11, Propiedad: Estatal. En el 12, Propietario, generalmente asociado al responsable del manejo y la conservación del bien cultural, se indica: Los Servicios Comunales del Poder Popular de Centro Habana.

No puede el especialista ignorar esenciales elementos del bien que registra y haciendo uso del último de los campos de la planilla, Observaciones, acota: “En este parque hay un monumento conmemorativo; estatua Fe del Valle realizada por la escultora Rita Longa”, síntesis que pone en duda la consideración del parque como monumento conmemorativo en sí mismo y destaca además: “Este parque tiene dos niveles, en uno de ellos se encuentra la estatua Fe del Valle erigida a la memoria de la mártir, realizada por la escultora Rita Longa. En uno de sus muros se encuentra una tarja de bronce cuyo texto es el siguiente:

Fe del Valle

1-8-1917           13-4-1961

Cada día trabajamos más

construimos más... y todo

ello en homenaje a los que

no cobraron sueldo por morir

                                  Fidel

                                             SNT Comercio

Las investigaciones demostrarán que la autoría de la escultura a Fe del Valle no corresponde a Rita Longa, sino al dibujante, pintor, escultor y profesor, representante de la escuela española, Enrique Moret Astruell, creador nacionalizado en Cuba desde 1946 que dejará importantes construcciones conmemorativas a lo largo y ancho de la Isla. 

El Parque Fe del Valle, en el comercial eje de Galiano, desafía desde su historia en el laberinto de su patrimonialización su registro en el inventario de los bienes de Centro Habana. Será a partir de un estudio histórico cultural del espacio urbano y de la creación y devenir del parque, desde el cual reflexionar en torno a los valores del lugar y la tipología en que ha de ser legitimado.   

  



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