Centro Habana es…, La Habana

Centro Habana es…, La Habana

Marcos Antonio Tamames Henderson


̶ ¿Y qué es la Habana Vieja entonces?

̶ Eso, la primigenia, la de las siete primeras villas cubanas, la excepcional, La Vieja. 


Desde el domingo 4 de julio y hasta el sábado 10, el Municipio Centro Habana celebra su semana de la cultura, una jornada en que se han de reconocer los valores culturales de un territorio que, si bien fue definido con la división política administrativa de 1976, encuentra sólidos antecedentes en los primeros siglos del periodo colonial, hecho que enuncia la interrelación de pequeños núcleos urbanos consolidados entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX, de espacios sociales y geográficos con una iglesia parroquial o auxiliar de parroquia en lugar de una institucional a la que se subordinaban sus habitantes; unidades rurales que con su urbanización serían reconocidas con las categorías urbanas de cuarteles o barrios. Un asomo a los documentos relacionados con la organización político administrativo de La Habana a finales del XIX ofrece notables ejemplos de ello.

El Directorio General para la Isla de Cuba: 1883 – 1884 [1], por ejemplo, declara para el Registro en la Propiedad la división del Término Municipal de La Habana en cuatro secciones que se jerarquizan por Partidos Judiciales y sus correspondientes barrios. Así, corresponden a la Sección 1ra.), los partidos de la Catedral y Belén, que linda con los castillos del Morro y la Cabaña, la Bahía, la ensenada de Atarés y las calles de Ejido y Monserrate; a la 2da.), los de Prado, Monserrate y Guadalupe, con límites en la playa de San Lázaro, las calles Monserrate, Monte y Sitios, parte de la de Manrique, de Figuras y Calzada de Infanta, las calles Zanja, Vapor y la línea divisoria del Vedado; a la 3ra.) los Partidos de Jesús María y Pilar y; a la 4ta. Sección, el Partido Municipal del Cerro. 

La mayor cantidad de los barrios que integran hoy Centro Habana se reconocen en la 2da Sección; sobrepasando, en dirección Habana Vieja – Centro Habana, las calles Monserrate y Ejidos: La Punta, Colón, Monserrate, San Leopoldo, San Lázaro, Tacón, Dragones, Marte, Guadalupe y Peñalver, a los que se han de sumar San Nicolás, Chávez y Pueblo Nuevo, por ejemplo, integrados a la 3ra Sección. Cada uno de ellos, sin embargo, contaba con raíces culturales diferentes, y en consecuencia, con rasgos identitarios muy particulares. Bajo esos nombres se enriqueció La Habana toda con sus costumbres y tradiciones; también fueron esos topónimos los que otorgaron nombre a las células del Movimiento 26 de Julio y, a partir de 1993, algunos de ellos bastaron para denominar sus consejos populares.  

La imagen urbana, en particular la traza y el perfil arquitectónico, ratifica la permanencia del papel de los ejes Monserrate y Ejidos [2] como senda de ruptura entre uno y otro territorio, entre espacios urbanos de identidad distinta, como si se tratara de ejes que con su serpenteante forma, terminan por abrazar, cual la demolida muralla, a la Habana Vieja. De modo que, cuando el forastero llega a ellas, siente que abandona a la Habana Vieja para penetrar en otra Habana (o viceversa), una sensación que alcanza mayores clímax en las plazuelas que servían de antesala a las puertas de la antigua muralla, como las de Bernaza entre Sol y Muralla (frente al edificio de Las Ursulinas) o, de mayor popularidad, la de Obispo y OʼReilly (donde está emplazada la escultura a Francisco de Albear y Fernández de Lara). 



En dichos puntos, al margen de todo cuerpo teórico o legislativo, las perspectivas visuales se encargan de recalcar el tránsito entre lo viejo y lo nuevo, y los lenguajes arquitectónicos así lo subrayan. 






Aquí, la antaña ciudad de intramuros, la Habana Vieja; allá, la que vendría después, la de extramuros, La Habana Nueva o, popularmente, La Habana. Similar ocurre por el Oeste con la calle Belascoaín, senda que supera la delimitación espacial de Centro Habana a pesar de la ruptura visual que ocasiona el encuentro de la calle Reina y el antiguo Paseo de Carlos III, tanto por anchura como por el arbolado de éste último. 


De esta organización y sus definiciones indica el historiador Emilio Roig de Leuchsenring: 

 […] la más antigua y permanente división de La Habana ha sido la natural producida por la construcción de las murallas,  o sea, en dos grandes zonas: Intramuros y Extramuros. Dentro de la primera zona, quedó encerrada lo que se ha llamado La Habana antigua o De Intramuros, o sea desde la orilla izquierda del mar hasta las calles Ejido y Monserrate en una superficie total, según Pezuela, de 1.931,000 varas cuadradas cubanas; y dentro dela segunda zona o sea, La Habana nueva o moderna o De Extramuros, se comprendió toda la extensión y ampliación experimentada por la ciudad a medida que fue desarrollándose y creciendo, primero, hasta los límites determinados por el torreón de San Lázaro, el Cementerio General o sea de Espada, y la esquina de Tejas, y después en sus sucesivas expansiones [3].    

Las reflexiones abordadas permiten comprender por qué para el centrohabanero y los estudiosos del urbanismo y la arquitectura, Monserrate y Ejidos resultan el borde entre la Habana Vieja y Centro Habana. Son símbolos de la modernidad a la que alude Roig la Manzana de Gómez, el edificio del Museo de Bellas Artes dedicado al Arte Universal, el Edificio Bacardí, el Teatro Alicia Alonso, el Cine Teatro Payret, los hoteles Inglaterra, Telégrafo, Plaza y Sevilla, entre otros, el Paseo de José Martí, el Parque Central, el Capitolio Nacional y el Parque de la Fraternidad; todos valiosos exponentes del patrimonio cultural que en post de una mejor conservación y manejo, se han integrado a la Habana Vieja. Permite ello explica por qué no es casual que estudios iconográficos para dotar al joven municipio de un escudo que le represente centren la atención en la emblemática Fuente de la India, ubicada fuera de los límites del municipio.



Hoy, según describe el expediente de propuesta de Centro Habana como Sitio Urbano de valores excepcionales en la Isla para la categoría de Monumento Nacional, el Municipio Centro Habana limita al norte con el malecón habanero, al este con el municipio de La Habana Vieja, al sur con el del Cerro y al oeste con el de Plaza de la Revolución. Es el más pequeño de la capital y el más densamente poblado del archipiélago cubano. Los derroteros establecidos para su delimitación están marcados por intercepciones de ejes que generan 10 puntos de referencias: 1) Malecón y Paseo José Martí, 2) Paseo Martí y Cárcel, 3) Cárcel y Consulado, 4) Consulado y San José, 5) San José e Industria, 6) Industria y Monte. 7) Monte y Manglar, 8) Manglar e Infanta 9) Infanta y Malecón y 10) Malecón y Paseo Martí. Todo centrohabanero debería peregrinar este sendero si desea conocer su “patria chica”, el espacio al que, parafraseando a Félix Varela, debe contribuir con amor porque en ella tiene protección y abrigo. En el ámbito de la cultura, histórica y antropológicamente hablando, esos límites se dilatan y contraen en busca de sus antiguos espacios.  

Distinguen a Centro Habana, el conjunto escultórico al General Antonio Maceo, el Monumento a los Mártires Universitarios, los parques Fe del Valle, El Curita, Carlos Marx, Carlos J. Finlay y el Parque Trillo; la Fragua Martiana, la Casa Museo Lezama Lima y un rico patrimonio inscrito en sitios históricos y construcciones en las tipologías domésticas, civiles, industriales, religiosas y conmemorativas, obras del arte colonial, republicano y revolucionario; de tenencias tradicionales y estilísticamente exponentes del Eclecticismo, el Art Decó, el Neocolonial y el Movimiento Moderno. Estudiarlo, conocerlo, defenderlo es indicio de interés por Centro Habana, un nombre nuevo en relación con la historia de La Habana que deviene testimonio de un auténtico devenir cultural en la Isla.






Si pretende usted arribar a Centro Habana desde otro punto de La Habana, no olvide decir al guía que su destino es La Habana. El resultado es tan eficaz como indicar que va al Vedado, a Playa, a Marianao, a Santos Suárez, a Lawton…, porque Centro Habana es, para los habaneros todos…, La Habana.   


Notas: 

1.- Nomenclátor Comercial, Agrícola, Industrial, Artes y Oficios para 1883 – 1884, Centro Editorial de Obras Ilustradas de Molinas y Juli, La Habana, 1883.  

2.- Por acuerdo del Ayuntamiento de La Habana, del 20 de octubre de 1918, se acordó dar a la calle Monserrate y a su prolongación, la de Ejidos, el nombre Avenida de Bélgica.  

3.- Emilio Roig de Leuchsenring: “La calles de La Habana”, Cuadernos de Historia Habanera, Municipio de La Habana, 1936,  [s/p]. 


Imágenes: 

1.- Mapa de las Carreteras de la República de Cuba (Detalle), ESSO, 1953.

2.- Nomenclátor Comercial, Agrícola, Industrial, Artes y Oficios para 1883 – 1884, Centro Editorial de Obras Ilustradas de Molinas y Juli, La Habana, 1883. 

3.- Murallas de La Habana. Plano Pintoresco de La Habana con los números de las casas, impreso por de B. May y Ca., en 1853.

4.- Ibíd.

5.- Puertas de la antigua muralla. Lc. Cit. 

6.- Vista a La Habana Vieja. Desde Zulueta a Obrapía y Ejidos.

7.- Vista a La Habana. Desde Obrapía y Ejidos en dirección a Zulueta.

8.- Vista tomada desde San Rafael y Zulueta a la Plazuela de Bernaza y Obispo.

9.- Avenida Carlos III.

10.- Fuente la India, Paseo José Martí.

11.- Fuente la India (Detalle), Paseo José Martí.

12.-Propuesta de Diseño de Escudo para el Municipio de Centro Habana. Museo Histórico Municipal de Centro Habana.

13.- Conjunto escultórico a Antonio Maceo, 1916.

14.- Monumento a los Mártires Universitarios.

15.- Parque Fe del Valle.

16.- Parque El Curita.

17.- Parque Carlos Marx.

18.- Parque Carlos J Finlay.

19.- Fragua Martiana.



Comentarios

  1. Bravo Marcos, muy buen artículo, recuerdo cuando yo estudiaba en la Habana, mi hermana (habanera al fin) decía. "Vamos a la Habana", y aquello al principio me chocaba hasta que los años me hicieron entenderla. Gina Rey tiene un estudio formidable de Centro Habana y felicita Chayeloy hizo una versión para incluir como parte del Centro Histórico Centro Habana

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    1. Gracias colega. Estoy disfrutando de lo bueno estas aproximaciones. Aprendo y disfruto de manera simultánea

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