Galiano, un eterno Paseo en Centro Habana
Galiano, un eterno Paseo en Centro Habana (+Fotos)
Marcos Antonio Tamames Henderson
Uno de los más auténticos textos del patrimonio cultural resulta ser, sin lugar a dudas, los espacios urbanos; de ahí que resulte cotidiano que en calles, plazas y parques encuentre el forastero una especie de mirador al pasado y presente de quienes históricamente no solo han morado en ella, sino también aquellos que han sido partícipes de su devenir de manera transitoria. Así, moradores y visitantes, podrían aproximarse a la historia de un territorio con tan solo centrar la atención en el sistema de signos que aparecen ante sí, tesis que se fundamenta en la inherente condición de palimpsesto que acompaña a la ciudad.
Sin embargo, es preciso acotar aquí que semejante empeño se manifiesta en diferentes niveles, generalmente en correspondencia con el interés del lector y de los horizontes culturales que les acompañan. Más allá de ser un experto en semiótica para interpretar signos y señales, de elegir ejes principales o secundarios en aras de palpar la diversidad, resulta fundamental recordar aquella frase que en voz de El Principito coloca Antoine de Saint-Exupéry: “lo esencial es invisible para los ojos, hay que buscar con el corazón. Seguir tu instinto puede dar resultado, pero el apoyo de un guía podría resultar de mucha utilidad, al menos para un primer acercamiento.
Hoy, 5 de julio, segunda jornada de las celebraciones por la Semana de la Cultura del municipio Centro Habana, intentaré compartir esa experiencia en uno de sus más populares ejes, la antigua Calzada de Galiano, y para ello me apoyaré en el Inventario de Monumentos y Sitios que desde 1981 iniciaran los técnicos y especialistas del Museo Municipal de Centro Habana. Será este entonces un recorrido virtual por la antigua Calzada de Galiano.
Galiano es una senda que desde mediados del siglo XIX, hacia 1850, es registrada como una de los de mayor vitalidad en la zona extramuros, jerarquía que elevó el derribo de las murallas a partir de 1863 al facilitar la comunicación entre las dos zonas de La Habana de entonces. Sobre esos cimientos fomentó una red comercial en la que encontrarían lugar las más diversas expresiones culturales, tanto de toda la Isla, como de las más insospechadas latitudes del mundo. Comerciantes y establecimientos; en ofertas de productos y acondicionamiento de los espacios arquitectónicos para sus sedes, hicieron de Galiano un dinámico Paseo que le ubicaría dentro de las más visitadas calles de La Habana.
Una primera paradoja que ofrece esta calle se encuentra en el nombre que acompaña la esquinas de sus cuadras, Avenida de Italia, y aquel por el cotidianamente les nombra la población, Galiano. Emilio Roig de Leuchsenring comenta que Galiano, y no “Galeano”, como aparece en varios documentos, encuentra su origen en el un puente construido en la calle Zanja al que dieron por nombre Martín Galiano en honor a su constructor; mientras que, el topónimo Avenida de Italia, responde al acuerdo tomado el Ayuntamiento habanero el 28 de noviembre de 1917 para reconocer los lazos de amistad con una nación amiga. A pesar de que este último fue ratificado por la aplicación del Decreto Ley publicado en la Gaceta Oficial del viernes 17 de enero de 1936, Galiano goza del total reconocimiento público, signo de la fuerza de la memoria colectiva en defensa de los valores patrimoniales del territorio.
También apunta Roig de Leuchsenring que hasta 1842 Galiano era un eje que se extendía desde Calzada de la Reina hasta la calle San Miguel, sería por tanto luego de esa fecha, con la demolición de edificaciones existentes, que encontraría comunicación con el mar, hecho que la convirtió en un eje de circulación de la brisa marina a la manera de Prado, Belascoaín e Infanta. Seguiremos en este recorrido el orden establecido para la numeración de sus inmuebles, es decir, en dirección Malecón - Reina.
El primer exponente inscrito en el inventario es un edificio que hace gala al Movimiento Moderno, una obra del arquitecto Antonio Macía Malón fechada en 1958, por su cercanía al mar y la directa conexión con la calle San Lázaro, importante eje de La Habana, acompaña a sus valores arquitectónicos un valor ambiental que cualifica este entorno y, dialogando con él, aunque no está inscrito aun en el inventario de monumentos y sitios, se encuentra una construcción conmemorativa, la escultura Primavera, obra escultórica donada por el artista Rafael Miranda San Juan a la Oficina del Historiador de La Habana en mayo del 2015.
Una vez cruzada San Lázaro, es preciso atender a los detalles si no se quiere pasar por alto una pequeña pieza que sirve de testimonio a un sitio histórico, una tarja de bronce colocada en una de las columnas de la edificación identificada con el no. 61 de la calle Galiano. Desde lejos, no podrá comprenderse su significación, de modo que es necesario llegar hasta ella y entender desde su texto que en el sitio aledaño, existió la casa no. 63, lugar en que residió Gerardo Abreu “Fontán”, Jefe de las Brigadas Juveniles del M-26-7, asesinado el 7 de febrero de 1958, el primero de los sitios históricos del recorrido. .
Pasamos a la siguiente cuadra, limitada por los ejes Trocadero y Ánimas, en ella, con el no. 123, se encuentra un exponente del eclecticismo centrohabanero, un inmueble en buen estado de conservación, muestra del uso del suelo al establecer comercios en planta baja y amplios apartamentos en niveles superiores. La imagen sugiere las visuales que ofrecen sus balones, todos en ritmo de loable composición.
En la intercepción de Galiano y Virtudes, se encuentra uno de los hoteles más populares de La Habana, el Hotel Lincoln, instalación que tuvo su origen en 1925 con el nombre Hotel Richardson, en honor a su propietario. Arquitectónicamente está avalada la obra por la firma cubana Moenck y Quintana. Es uno de los edificios cuya inscripción en el Inventario de Monumentos y Sitios ha resultado polémica, pues en aras de una mayor explotación del inmueble decidieron sus dueños utilizar el espacio paralelo a la fachada como restaurant del hotel, ubicando la recepción en el no. 157 de la calle Virtudes, hecho que puso en desuso la entrada principal, por Galiano no. 164, antiguamente no. 28, por donde lo registra el Directorio Social de 1927.
Pero la popularidad del Lincoln está dada por haber sido escenario del secuestro de Fangio por el M-26-7 el 23 de febrero de 958, lo que lo convierte en un sitio histórico, hecho que sería recordado en 1988 con la colocación de una tarja en la que reza: HOTEL LINCOLN // En la noche del 23-2-1958 en este mismo lugar fue secuestrado por un comando del movimiento 26 de julio dirigido por Oscar Lucero, el cinco veces campeón mundial de automovilismo Juan Manuel Fangio. // Ello significó un efectivo golpe propagandístico contra la tiranía batistiana y un importante estímulo para las fuerzas revolucionaria. // 23-2-1988. Construcción civil, sitio histórico y construcción conmemorativa coexisten en este inmueble de la calle Galiano.
También dentro del estilo ecléctico figuran en el inventario las construcciones no. 206 y 208 entre Virtudes y 3er. Conde Cañongo. De la primera de ellas apenas se cuenta con información; sin embargo, de la segunda aparecen registros documentales desde 1887, información que vale la pena compartir en esta semana de la cultura.
La planilla de inventario base del inmueble Galiano no. 208 indica entre sus funciones más antiguas la sede de las oficinas de la compañía Remington Rand de Cuba en 1915, marca patentizada en Nueva York en 1873; por su lado el Nomenclátor de 1883, ilustra que en Galiano no. 106 radica la Agencia General de la Nueva Remington. ¿Tendría el inmueble de Galiano no. 208 el no. 106 antiguo?, la interrogación la responde el Directorio de 1927, al ubicar el inmueble 106 entre las calles S. José y Dragones, cinco cuadras más al sur. Así, quedan claras dos cuestiones, 1) Galiano dialoga con la modernidad de su tiempo de manera permanente, 2) entre las plantas bajas de sus edificios se manifiesta una continua rehabilitación en pos de asumir nuevos usos y funciones, lo que dota a cada uno de ellos de historias aun por descifrar. La Casa de Arte y Tradiciones Chinas, en Salud no. 133, expone uno de los ejemplares de la Remington.
Culturalmente se enriquece Galiano no. 208 a partir de 1981, al convertirse en sede de la Biblioteca Municipal María del Villar Buceta, función que abandonó ante el continuo deterioro de esta edificación. Documentación del Museo Municipal lo señala además como uno de los edificios de Centro Habana que, por sus valores arquitectónicos e históricos debía ser rehabilitado para acoger al Museo Municipal de Centro Habana, aun sin un espacio para sus muestras permanentes. Biblioteca o Museo, deberían estar en el centro de atención de la revalorización del patrimonio cultural y su puesta en función del desarrollo local de Centro Habana.
Frente a los inmuebles Galiano 206 y 208, en no. 207 e/ Virtudes y Concordia, se encuentra una edificación que todo cubano debía reverenciar por su probado valor histórico, en esta casa vivió sus últimos días el general Máximo Gómez Báez, El Generalísimo. Dos construcciones conmemorativas están adosadas a su fachada, la primera, en mármol, a una altura que dificulta su lectura, dice: Aquí vivió Máximo Gómez 1902-1905 // El pueblo cubano venía a esta casa a pedirle un consejo. // El Comité de Colón del Partido Liberal Nacional del que es Jefe el General Emilio Núñez elige esta lápida. // Febrero 24/1908. La segunda, en bronce, está fechada en 1927 y dice: En 17 de junio de MCMXXVII se conmemoró el 22º Aniversario de la muerte del Generalísimo. A iniciativa del senador Wilfredo Fernández con este relieve-obra del escultor cubano Juan M. Sierra.
En el recorrido estamos a punto de llegar a Concordia, visualmente un punto de inflexión por la plazuela de la Iglesia de Monserrate, una de las joyas arquitectónicas e históricas del municipio. Antiguamente la iglesia tenía el no. 48, la modernización de la misma en la década del 40 la despojó de aquel y ni siquiera sus representantes conocen el no. que habría de corresponderle. Se trata de una construcción de 1843 que en su tiempo respondió al estilo Neoclásico en boga; fue remodelado por Moenck y Quintana en la primera mitad del siglo XX, pero su imagen sigue fiel a la génesis de uno de los primigenios barrios de Centro Habana. Por haber servido de escenario al bautizo, matrimonio y defunción del hijo, hermanas y padres de José Martí, y a la defunción del General Sanguily, reúne valor histórico, hecho que avala con creces el material documental que atesora su archivo.
Distingue a la cuadra limitada por las calles Concordia y Neptuno el Edificio América, Galiano no. 251-257, un exponente del Art Decó que deviene hito urbano no solo en Centro Habana sino en la Habana toda. Diseñado por Fernando Martínez Campos y Pascual de Rojas, fue inaugurado el 29 de marzo de 1941, por lo que este año arribó a sus 80 cumpleaños. Se trata de una pieza de incuestionable valor sociocultural por su incidencia en la cultura nacional; pero es también un sitio histórico, pues allí muere Urselia Díaz mientras protagonizaba un sabotaje contra la dictadura de Batista, hecho que rememora la tarja en bronce colocada en su fachada: “A la memoria de URSELIA DÍAZ BÁEZ que murió heroicamente luchando contra la tiranía, el 3 de septiembre de 1957. La muerte es una victoria y cuando se ha sabido vivir bien; el féretro es un carro de triunfo. Martí // A todos los hermanos de mi tierra os pido buenas acciones ciudadanas como prueba de vuestro recuerdo. Urselia // Tus compañeros de lucha, MR 26-7 //3, sep, 1959.
Frente al América, en Galiano no. 252 – 256, esquina a Concordia, uno de los más representativos exponentes del Movimiento Moderno en Cuba, inmueble que por su función ha pasado a los catálogos como el Edificio de Parqueo, obra de José Fontán y Carlos Ferrer Nadal, culminada en 1957 y, en similar corriente, en la esquina próxima, Galiano no. 302 e/ Neptuno y S. Miguel, La Época tienda por departamento en la que se registra uno de los actos de agresión imperialista en 1960 y, a continuación, el antiguo Hotel Alamac, en Galiano no. 308 e Neptuno y S. Miguel, edificio de aires eclécticos del que apenas queda su piel.
Las huellas de mayor impactos de los hechos terroristas realizados en la calle Galiano en los primeros años de la Revolución están relacionadas con el sabotaje a la tienda El Encanto, que ocupaba el lateral derecho de la cuadra limitada por las calles San Miguel y San Rafael, donde puede encontrar el caminante de hoy el parque Fe del Valle, una de las primeras obras conmemorativas realizadas en Cuba que, como indicaremos a continuación sigue los códigos modernos.
El Parque Fe del Valle, realizado entre 1962 y 1963 demanda, como toda obra conmemorativa, un análisis de sus elementos que no podríamos agotar en este recorrido. Destaquemos que, fruto de un concurso en el que participa el Colegio de Arquitectos, su autoría correspondió a un equipo de estudiantes coordinado por Antonio Quintana, quien recrea en tres niveles la estructura de la desaparecida tienda de departamentos. Se suma al proyecto el escultor Enrique Moret Astruells, quien propone una imagen a Fe del Valle Ramos, trabajadora que pierde la vida en el sabotaje del 13 de abril de 1961, obra de arte que ocuparía precisamente el lugar en que parecen sus restos, en las inmediaciones del elevador que permitía el acceso al sótano del edificio.
Moret Astruells no solo es un artista formado bajo los cánones neoclásicos, sino también un maestro del oficio en la Escuela Nacional de Arte y primer decano de la Facultad de Artes Plástica en la Universidad de las Artes, lo que le coloca entre los autores defensores del valor didáctico del arte. A esos presupuestos responde la escultora a Fe del Valle, y quizás sea este elemento una nota discordante en relación con los lenguajes contemporáneos por los que apostaban los arquitectos cubanos. El tiempo demostró que el emplazamiento no era el más idóneo para su visibilidad, de ahí que intervenciones posteriores terminaran por reubicarla en el tercer nivel del parque, modificando el concepto original, pero posibilitado un mayor disfrute y protección de la obra. A los pies de la escultura, también reubicada de lugar, se indica en una tarja de bronce: FE DEL VALLE // 1-8-1917 – 13-4-1961 // Cada día trabajamos más construimos más… y todo ello en homenaje a los que no cobraron sueldo por morir. Fidel. // S. N. T. Comercio.
La acera que hace frente al parque está formada por inmuebles también inscritos en el Inventario de Monumentos y Sitios de Centro Habana. Centremos la atención en dos de ellos. En Galiano no. 358, se encuentra La Casa Quintana, antiguo no. 74, discreto ejemplar del Art Decó y, a su lado, uno de los establecimientos de mayor acogida de La Habana, la actual Tienda Variedades de Galiano, antiguos Almacenes F. W. Woolworth Co. (1924) que en 1953 devino en el conocido Ten Cents de Galiano. De las funciones comerciales del terreno ocupado hoy por Variedades…, da muestra el Nomenclátor de 1883, con la Mueblería La Asturiana, de Salorio y Gonzáles; la ilustración de aquellos tiempos indican cuánto ha cambiado Galiano desde entonces hasta acá, mientras que el Directorio de 1927 demuestra que la gran tienda ocupa en la actualidad, además del referido no. 76, los terrenos 78, de Isaac Díaz, y el no. 80, de Angones y Cía., de modo que la mueblería La Asturiana ocuparía solo un tercio del actual establecimiento.
Definiendo la esquina de Galiano y San Rafael dos inmuebles; a la derecha, en Galiano no. 402-406 e/ S. Rafael y S. José, la Tienda por departamento Flogar, del Arq. Silverio Bosch y Romañach (1956), ejemplar que, como La Época y El Encanto, no solo representan el Movimiento Moderno sino que también constituye un sitio histórico, al haber sido objeto de un sabotaje en diciembre de 1960, un suceso que la revista Bohemia dio a conocer al pueblo en la página 56 de la edición correspondiente al 1ro de enero de 1961 bajo el título “¡Paredón! ¡Paredón! ¡Paredón! La bomba de Flogar”. De su significación social indica una de las notas de las planillas de inventario:
En 1887 se construyó el comercio llamado Palacio de la Casa Grande. En los años 20 del siglo XX fue comprada por la compañía F. W. Woolworth Co. que transportó elementos de su organización comercial convirtiéndolo en uno de los Ten Cents de esta cadena en 1937. Fue remodelada en 1953 por el arquitecto José Sabí y pasó a ser la primera tienda por departamentos con precios módicos que contó con una variedad y relevancia en todos sus servicios.
Frente a él, un inmueble que no está inscrito en el Inventario pero que he traído aquí por la continuidad que su nombre, El Boulevard, ofrece desde finales del siglo XIX al XXI. La ilustración, en el Nomenclátor de 1883, da publicidad en este edificio a la casa importadora de tejidos de seda, lana, hilo y algodón; a un establecimiento que incluye en su interior departamentos de sastrería, camisería, un gran bazar de ropa hecha, y de confecciones en general para señoras, caballeros y niños. El diálogo entre esta imagen y la actual confirma las proporciones de fachada en planta baja y su mirar al neoclásico, al tiempo que posibilita evaluar la segunda planta bajo los principios del eclecticismo del primer cuarto del siglo XX.
Cerramos aquí la esquina de Galiano y San Rafael, el corazón del comercio, el sitio conocido como “La esquina del pecado”, topónimo que el profesor arquitecto Mario Coyula argumenta del siguiente modo: “por ser el lugar preferido de señores elegantes maduros –o más que maduros- a la caza de jóvenes empleadas de tiendas, siempre escogidas por su buena apariencia”.
La siguiente cuadra limita al sur por la calle San José o San Martín, como aprobó el Ayuntamiento habanero el 15 de agosto de 1920, indistintamente aparecen ambos en la documentación y en los registros hechos a los inmuebles que en ella se ubican lo que se ha traducido en las imágenes al respecto, no así en el texto donde se da jerarquía al tradicional de ellos, San José. Los edificios inscritos en el inventario se ubican en el lateral derecho, uno a continuación del otro: Galiano no. 405, 407 y 409; estilísticamente ocurre todo lo contrario pues la secuencia sería: Ecléctico (primer cuarto del siglo XX), Neoclásico (segunda mitad del XIX) y Movimiento Moderno (década de los 50 del XX), en su conjunto, testimonio de la dinámica constructiva de la calle Galiano.
Aunque sus imágenes no sobrepasan la función doméstica a las tres les distinguen el uso social: la Joyería “Le Trianón”, el Banco Real de Canadá, que deja su huella en el logotipo que decora el piso del portal, y la tienda Fin de Siglo, establecimiento de una historia que implica las calles San Rafael y la de Águila.
Tras cruzar San José entramos al lateral oeste de una manzana que encuentra límite en la calle Barcelona; mientras el este de la manzana que le hace frente da cierre en la de Zanja. En el primer paisaje solo se distingue el inmueble de Galiano no. 465, un exponente del Movimiento Moderno (1951), diseñado por el Arq. Mario Romañach Paniagua, posiblemente ejecutado por la firma Bosch y Romañach. En lugar del establecimiento primario la planilla refiere la Peletería California, hoy su fachada refiere como nombre: La Internacional.
En materia patrimonial la mayor riqueza está en la acera que le hace frente con los edificios Galiano no. 452, sede el Bank Trust Company of Cuba, obra de Eugenio Batista realizada en los años 50 y, en representación del patrimonio industrial centrohabanero, Galiano no. 454 – 456, antigua Tabaquería Havana Sport, y Galiano no. 462 – 466, antigua Fábrica de tabaco Fonseca, que data de 1845. Consta en la documentación del Museo que la primera de ellas acogió en no. 454 la Joyería Rivera en el siglo XIX, mientras enriquece a la segunda un valor histórico, al tener por sede una tienda en el no. 466, en la que compraron armas militantes del Movimiento 26 de Julio.
El próximo punto es la intercepción de Galiano y Zanja, pero su atractivo resulta imperceptible desde la dirección que se sigue, en su lugar, lo ideal es avanzar hasta cruzar por la derecha a Barcelona y por esa acera llegar a Zanja. En dirección al oeste dos inmuebles dan continuidad triunfal a la calle Zanja. A la derecha, Galiano no. 478, un exponente del Art Decó que en hacer el mayor uso posible de la parcela se ha elevado hasta devenir un punto de referencia en el entorno, está fechado en 1934 y aunque se desconoce su autor, en una de sus esquinas aparece una placa de metal que anuncia: Avelino Rodríguez // Contratista // Proyectos y Planos // Sn. Nicolás 218 M-6014. A la izquierda, dando inicio a la cuadra que culmina en Dragones, Galiano no. 502, La Vajilla, familiar por los productos relacionados con las artes decorativas.
Solo dos piezas restan para culminar el recorrido de la calle Galiano desde Malecón a Reina. El primero de ellos es una tarja de bronce adosada a la primera de las columnas de la Peletería “La Reina”, en Galiano no. 572 entre Salud y Reina, construcción que rememora el asesinato en este lugar a Julio Sánchez Gutiérrez con el siguiente texto: “En Memoria del Compañero // JULIO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ, vilmente asesinado por agentes pagados de la Cía., en la madrugada del 1ro. de abril de 1962, en cumplimiento de su deber”.
El segundo, el Parque El Curita, manzana que hasta la década del 60 estuvo ocupado por el Mercado de Tacón y en el que se inaugura el Parque América Libre el 4 de febrero de 1963 en conmemoración al primer aniversario de la II Declaración de La Habana. En 1981, especialistas del museo refieren la presencia en el lugar de un busto a Sergio Gonzalez López, joven oriundo de Aguada de Pasajeros que deviene jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en La Habana, mártir asesinado el 19 de marzo de 1958 después de ser vilmente torturado. Su homenaje en este lugar se debe a que entre los establecimiento de la referida Plaza se encontraba la imprenta en la que se imprimían materiales en favor de la Revolución, hecho que convierte a este lugar en un sitio histórico. Durante los preparativos de los festejos por 500 Aniversario de La Habana se ejecutó un proyecto monumento a Sergio González, a cargo del Arq. Ronaldo Veulens Zequeira, donde se mantuvo la tarja inicial.
Ha sido una larga jornada, un peregrinar en el solo nos hemos asomado a los bienes de la calle Galiano inscritos en el Inventario de Monumentos y Sitios del Municipio Centro Habana. Otras son las calles que demandan de este ejercicio en aras de conocer el universo con el que cotidianamente dialogamos. Atraparlo en toda su extensión, o al menos intentarlo, es deber de centrohabanero; protegerlo, prácticamente obligación.
Comentarios
Publicar un comentario